Síndrome del Tío Gilito
Pau A Monserrat Valenti No hay comentarios

Eva Machón Saavedra ha publicado un original artículo que indaga, de una forma didáctica y amena, sobre la gran diferencia que existe entre ser un ahorrador con propósito y un ávaro miserable.
El síndrome del Tío Gilito: pasar de tacaño a miserable no es cuestión de cuánto gastas, sino de por qué lo haces, enfatiza que no basta con observar cuánto gastamos, sino indagar en por qué lo hacemos. El “síndrome del Tío Gilito” designa a quienes acumulan dinero hasta el extremo de sacrificar necesidades y experiencias vitales, convirtiendo el ahorro en un fin en sí mismo. Psicólogos como Roberto Ochoa advierten de un patrón de adicción cuando el dinero deja de ser herramienta y se convierte en obsesión.

Contactar con el autor: 📧 pau.monserrat@futurlegal.com.


El dinero como materialidad de lo abstracto

“… el mundo es valioso, con independencia de si una conciencia percibe o no estos valores. Y esto es cierto hasta de la cuantía de valor económico que atribuimos a un objeto de cambio, aunque nadie esté dispuesto a conceder el precio exigido, aunque nadie lo quiera y sea invendible” (SIMMEL, 1900). El mismo autor definía el dinero con una brillante idea: es la materialidad de lo abstracto.

Georg Simmel

El artículo en El País la clave no es la cantidad de dinero acumulada, sino la motivación detrás del ahorro intenso. Sin propósito, los billetes y las cifras contables dejan de ser vehículo de libertad para convertirse en una jaula de infelicidad.

¿Sabemos qué es, verdaderamente, el dinero?

La verdadera naturaleza del dinero es tremendamente esquiva para el público en general, y para no pocos economistas en particular. Creemos saber de qué hablamos por tener representaciones en forma de billetes y monedas en nuestra cartera, y apuntes contables accesibles en formato en línea. Pero desconocemos su verdadera esencia.

En ese vacío de comprensión radica parte del síndrome del Tío Gilito: acumulamos sin entender. El dinero es, en esencia, memoria, información, registro, confianza, un medio (material o inmaterial) que canjeamos por bienes, servicios y “otras cosas”. Cuando carecemos de un relato consciente sobre para qué lo queremos, el ahorro se vuelve estéril.

“… el dinero no es ni más ni menos que lo que él, o ella, siempre pensaron que era: lo que se da o se recibe generalmente por la compra o la venta de artículos, servicios u otras cosas” (GALBRAITH, 2014).

El dinero no es su representación física o inmaterial, es algo más: “El dinero en sus atributos importantes es, sobre todo, un artificio sutil para ligar el presente con el futuro…”; es más: “No podemos librarnos del dinero aun cuando aboliéramos el oro, la plata y los instrumentos de moneda corriente. Mientras exista algún bien durable, éste podrá poseer los atributos monetarios…” (KEYNES, 1936).

Ahorro con propósito: la educación financiera

La pieza de El País subraya que el trasfondo emocional y las historias personales moldean nuestras decisiones financieras. Pero sin educación reflexiva, esas raíces siguen ocultas y vuelven a aparecer en forma de ansiedad por el dinero. Proporcionar una adecuada educación financiera de calidad a la sociedad tendría un impacto extraordinario no solo en la mejora de la riqueza global, sino en su felicidad.

Ahorrar o gastar, una decisión que va más allá de la mera contabilidad.:

  1. Pregúntate siempre “¿para qué quiero este dinero?” o “¿por qué lo gasto?”.
  2. Define metas de vida que trasciendan la simple acumulación de dinero o su gasto irreflexivo.
  3. Registra con consciencia: Anota no solo cantidades, sino motivaciones y emociones detrás de cada decisión.

El dinero no te permite comprar tiempo vital

Acumular dinero sin saber qué es, para qué sirve y qué sacrificamos a cambio es, básicamente, tirar por la borda el limitado tiempo que nos ha tocado vivir. Si bien dedicamos la mejor parte de nuestra vida a menesteres que no generan dinero, como disfrutar de la compañía de las personas que nos importan, muchos años se destinan a tareas que consumen nuestro tiempo a cambio de dinero.

Ebenezer Scrooge

El dinero, sin embargo, no sirve para comprar tiempo, al menos una cantidad conocida (uno puede invertir en tratamientos que mejoran la expectativa de vida y similar). Podemos usarlo para mejorar la calidad de nuestra vida, malgastarlo en actividades y bienes innecesarios, invertirlo para generar más dinero o acumularlo.

El País recuerda que, al final, lo que compramos con dinero no son solo bienes materiales: son experiencias de vida. Y el mayor coste de la obsesión por ahorrar o gastar sin propósito se paga en horas de existencia.

Busca un equilibrio inteligente en tu vida

Un buen equilibrio entre ahorro y gasto a lo largo de nuestra limitada vida empezaría por encontrar una actividad que nos gustara y nos permitiera ganar el máximo dinero por unidad de tiempo invertido. La segunda fase es igual de importante: saber elegir los bienes y servicios que compramos que realmente maximicen nuestro bienestar (que equivale a decir el bienestar de los nuestros, ya que la persona sana es más feliz cuando comparte) e invertir el resto con un objetivo claro: Poder pagar la educación de los hijos, tener unos ahorros para hacer frente a gastos futuros o dejar una buena herencia; cada uno tiene que encontrar la razón de ser de su ahorro.

Conectar tu pasión con tu profesión optimiza cada minuto de tu vida. Luego, aplicar criterios de bienestar y propósito a tu gasto e inversión evita caer en la trampa del Tío Gilito:

  1. Trabaja en lo que amas y se remunera generosamente.
  2. Vive tus valores al gastar: calidad sobre cantidad.
  3. Invierte con objetivo: seguridad, legado, experiencias.

Libertad financiera y vital

La frase “el que más tiene es el que menos gasta” deja de tener sentido cuando el análisis incorpora tiempo, motivaciones y propósito. Sólo así convertimos el dinero en pasaporte hacia la vida que deseamos, en vez de en prisión que devora nuestra verdadera riqueza: el tiempo y la felicidad.

El dinero, un maravilloso invento del ingenio humano que, en lo bueno y en lo malo, nos ha acompañado hasta el día de hoy (MONSERRAT, 2022).

SIMMEL, G, Filosofía del dinero, Capitán Swing, Madrid 2013. Obra original Philosophie des Geldes (1900).

KEYNES, J.J, Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, Fondo de Cultura Económica, 1936.

GALBRAITH, J.C, El dinero. De dónde vino y adónde fue, Editorial Ariel, Barcelona 2014.

EDUFINET, Situación, tendencias y retos del sistema financiero, Thomson Reuters Aranzadi, 2022.

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