Y dice el Preámbulo I de la Ley 24/2013, de 26 de diciembre, del Sector Eléctrico “El suministro de energía eléctrica constituye un servicio de interés económico general, pues la actividad económica y humana no puede entenderse hoy en día sin su existencia.” Adelanto que la redacción de la norma, ciertamente, y a juicio de esta humilde consumidora y ciudadana, es nefasta.
Básicamente se nos catapulta a la pura y cruda realidad: la realidad de los gobernantes que ven en la electricidad un negocio y que llevan catalogando, de este modo, y desde hace años, un bien indispensable como si de un “servicio de lujo” se tratara. Ellos dicen y ellos ven la electricidad solo como un interés económico (descuiden que dicha visión siempre cambia en época electoral).